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sábado, 19 de diciembre de 2009

Navidad

14 de Diciembre


Hoy he subido a mi pueblo a comer con mis padres, al entrar he visto los adornos de navidad que había colocado mi hermana, me he dado cuenta que no solo ha entrado el invierno con una furia inusitada, sino también que la Navidad está a las puertas.

La Navidad, una época de buenos sentimientos y reencuentros familiares, del calor del hogar, del contacto con mejillas sonrosadas deseosas de besos, de abrazos fraternos. O por el contrario, época de reclamo publicitario, de vorágine de consumo, de empacho de cenas, de sueños incompletos, de regalos equivocados, de sentimientos frustrados porque siempre esperamos mas de estas fechas de lo que nos dan. Será una mezcla de todo eso, en parte bueno y en parte malo, pero casi siempre son los recuerdos buenos los que perduran.

El 25 de Diciembre era el día " Natalis Solis Invicti", Nacimiento del Sol Invicto para los Romanos, civilización de la que provenimos, también coincidía con el nacimiento de Apolo, y muchos otros Dioses paganos relacionados con la fertilidad y el Sol, ya que ese día coincidía con el solsticio de invierno (el día mas corto del año), en nuestro calendario Gregoriano es el 21 de diciembre, ese cambio fue producido cuando Julio Cesar introdujo su calendario en el año 45 a.c.

Estos Romanos en esas fechas tan señaladas para ellos posponían guerras y negocios, intercambiaban regalos y liberaban temporalmente a los esclavos, nos copiaron la navidad Cristiana, ¿como la harían?.

Aún así el 25 de Diciembre para nosotros sigue siendo un día para pasar en familia, para mi en concreto no es muy religioso, y eso que yo era el encargado de limpiar las mejillas a la estatua de mármol que representaba a Jesús niño, la gente subía a besarla en la misa de ese día tan señalado, cuando era monaguillo, (dejé de serlo a los 12 años). También había que tener cuidado que el cura no nos mangase las donaciones que hacía la gente para seguir manteniendo el Belén que montábamos en la Iglesia.

A los 13 años el cura se negó a confesarme para que no subiese a tomar la "sagrada forma" libre de pecado en la comunión de mi hermana, por no haber ido a misa el fin de semana anterior. Yo se lo agradecí mucho, ya que me quitaba de cumplir con la pesadez de ir a contarle estupideces y mentiras al confesionario, no le ibas a contar lo que hacías o dejabas de hacer y desde ese preciso momento conté con la excusa perfecta para dejar de ir a misa y que mi abuela dejase de echarme la bronca. No me he vuelto a confesar desde entonces, si he vuelto a ir a misa, en días y ocasiones señalados.




La nochevieja suele ser menos familiar y más de cachondeo, yo sigo cenando con mi familia (si puedo), luego salgo por ahí después de haberme comido las uvas como todo hijo de vecino, es una noche donde la gente se alborota mucho, cenan demasiado, beben sin control, y quieren hacer todo lo creen que se han perdido del año anterior. Es un día en los que pienso que la gente que no sale habitualmente por la noche a tomar copas, ese día no debería hacerlo, son los peores y con muchísima diferencia.

Antes de nochevieja esta gente se prepara, van al centro de estética para depilarse el pubis o hacerse dibujar un conejito de play boy, se cambian de peinado, se depilan, se ponen guapos/as, se visten con ese tanga comprado para la ocasión, se impregnan enteros o enteras de ese perfume nuevo que les acaban de regalar, se cepillan los dientes por primera vez en meses, se untan la cara de cremas, se maquillan, abusan del rímel y de la sombra de ojos, se ponen ese sujetador que tanto realza sus pechos, o esa camisa que hace daño a los ojos, salen a la calle, como hace un frío y viento que bufan las alambres, vuelven a entrar en casa a por el abrigo que habían dejado olvidado por la emoción de salir en un día tan especial. Para mi estos individuos e individuas me parecen unos J, llamemos J a lo me gustaría decir y no digo porque también haría daño a los ojos visto escrito aquí. ¿Para que tantas expectativas si la noche dura lo mismo que cualquier otra noche?, hay mas gente, y también menos sitio para estar y un ambiente más cargado de humo de tabaco y decepción. Es como una lotería y hay que encontrar el sitio indicado para pasártelo bien, de ahí viene la moda de tanta fiesta privada últimamente, lo mejor es estar invitado a unas cuantas, así te mueves un poco de una a otra.

Luego llegan los Reyes Magos:

Todavía recuerdo cuando era chiquitín como me decían mis padres que me fuese a la cama, que esa era la noche en la que vendrían los Reyes Magos, los dejábamos una bandejita de turrón variado, dos copas de cava y un par de cubos llenos de agua para los camellos. Todo aquello terminó cuando comencé a pensar que si los Reyes eran tres ¿porque ponían dos copas de cava?, ¿para que quería los camellos agua si estaban preparados para la sequedad del desierto?, todo aquello era muy sospechoso, ya os imaginareis quién se bebía el cava y comía el turrón, pero lo que no se es lo que hacían con el agua. Mi hermana se enteró mas tarde, era mas pequeña y los Reyes Magos me hicieron prometer que no se lo diría.

Todos los años adornábamos un árbol de Navidad, sacábamos las luces y los adornos que eran siempre los mismos; entonces no era como ahora que se compran en los chinos y las luces se estropean antes de que termine el mes. Era como si todos esos antiguos adornos formasen parte de la Navidad misma que venía cada año, ahora estarán guardados en una polvorienta caja vieja .

De momento habrá que aguantar todos esos anuncios navideños de perfumes, juguetes, turrones, bombones, cava, que por lo menos están hechos con mucho estilo, luego el sorteo de la lotería, que se que me va a tocar, y después comenzamos con lo expuesto anteriormente, de entre todo me quedo con las mejillas sonrosadas deseosas de besos.