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martes, 23 de febrero de 2010

La fábula contada de la manera que debería hacerse. Cap.1

¿Donde habíamos dejado la historia de nuestra fábula contada de la manera que debería hacerse?

A Caperucita se la comió el lobo, recordemos que el Príncipe Azul y el Leñador habían presenciado todo aquello. (leed "tengo que acabar con mi Príncipe Azul")

Nuestro Príncipe Azul ya en su castillo no podía quitarse de la cabeza aquella terrible secuencia, le daba mas y mas vueltas, -"esa chica, como es posible que se haya dejado hacer eso por el lobo", pensaba el Príncipe. A su mente llegaban imágenes de aquel momento, pero solo de Caperucita, ya sin su vestido rojo.

Se levantó con determinación de su cómoda silla en su sala de tomar el té y llamó a uno de sus criados, el mas joven y el mas hábil a lomos de un caballo, lo que le encomendaría sería llevarle un mensaje.

Aquél improvisado emisario salió a galope del castillo, cruzó bosques y montañas, ríos y prados, estepas y cañadas, raudo como una centella, rápido como el viento, veloz como el deseo llegó a la casa de la abuela de Caperucita con el caballo sin aliento, bajó de su montura y golpeó presuroso la puerta. Tardaron en salir a su encuentro, una amable anciana entreabrió aquella vieja puerta de roble y preguntó a aquel joven que es lo que acontecía. El emisario exclamó -"este mensaje es para la Joven Caperucita", entregándole un pergamino cuidadosamente plegado y sellado con el membrete de la casa real de este nuestro reino imaginario. -"Yo cuidaré del mensaje hasta que mi nieta regrese a casa", contestó la abuelita.

Caperucita llegó a casa de su abuela al anochecer, allí estaba su abuela, que había preparado ya la cena y su aroma envolvía el ambiente de la espartana vivienda. La abuela sentó a su nieta en una de las sillas y la preguntó que es lo que tenía con el Príncipe, ya que un emisario había llegado a primera hora de la tarde con un mensaje de tan elevada figura para ella. Caperucita respondió que no le conocía de nada y abrió el mensaje con rapidez, no podía esperar por ver lo que había escrito en su interior.

Lo que ponía era lo siguiente:

"Caperucita, me han hablado de vos y me gustaría conoceros, la encomiendo a tomar unas fantas conmigo en mi Castillo, sus puertas están abiertas para vos si muestra esta nota a mi guardia"