La del Halo follador es una curiosa teoría, me la contaba una amiga el pasado sábado por la noche tomando unas copas. Según ella se lo contó una amiga suya, siempre tenemos amigos que hacen esto o lo otro, yo también tengo muchas veces un amigo que hace y dice cosas. Lo cierto es que la idea es curiosa, ya sea la invención de una amiga de una amiga o sacada del Cosmopolitan. Para entenderlo vamos a hacer una pequeña introducción.
Es veranito y se escuchan como explotan las burbujas de feromonas, plop-plop. Las chavalas jóvenes salen de sus casas embutidas en vestidos escotados, minifaldas ultra cortas, vaqueros llenos de agujeros denotando una casual pelea de gatas, zapatos con tacones de vértigo y con un corte de pelo fantástico. Se dedican a mover sus cuerpos y sus cucus de forma sinuosa y sugerente con el Memories de David Guetta, generando una atracción arrolladora en los tíos que se encuentran en la misma sala. Las tienen ganada la batalla de la firmeza y la tersura a sus hermanas mayores, a todas aquellas que rondan la treintena, no digamos las nacidas más allá del 20N, que por supuesto visten de forma diametralmente opuesta y lo mas normal es que tengan novio o estén casadas. La turgencia de estas últimas se encamina rápido hacia el declive en una efímera edad de oro, ya no entran por los ojos, seguramente ya dejaron atrás sus años de estudiante, ahora tienen algún trabajo como cajera de supermercado, abogada o profesora de inglés, contarán con cierta dosis de rimel y la seguridad de sabérselas todas, no como sus hermanas menores.
Estas chicas que crecieron con barrio-sésamo ¿qué es lo que pueden hacer contra el brío hormonal de las nuevas generaciones?.
En el hipotético caso de que se queden sin novio, les ocurrirá algo curioso, de ellas emanará una misteriosa aura de tensión sexual, el Halo Follador ... su arma secreta.
Como chico no se que coño es, una poderosa fuerza mística, aún así constato que es cierto, que rápidamente te das cuenta cuando estas cerca, forma parte del lenguaje corporal que sólo entiende el subconsciente, de como te miran, de como se mueven, de su tono de voz. Lo usan para atraernos y darnos caza, ahora somos nosotros las presas, la estrategia de algunos es salir corriendo, la de otros es quedarse quietos, unos se muestran intranquilos y hacen caso omiso, otros aprovechan la situación y siguen el camino que ellas les han marcado en el suelo con unas balizas fluorescentes para que no se pierdan, el problema de ambas partes es muchas veces que los chicos no sabemos avanzar en la situación hacia un final en horizontal, hay que ganarlas la partida sobre el tablero de ajedrez para que ellas también terminen ganando, ya sea para una relación de una noche o una pareja de por vida, sino se prueba no puede saberse.
Todo esto lo saco de una conversación intrigante con un individuo del sexo contrario, con la que te ves hablando de teorías con un imparcial Barceló cola en la mano y una ingente capacidad de concatenar palabras una detrás de otra, ¿te das cuenta de que los chicos de la treintena también hemos cambiado?, alguno peina alguna cana y lo que más se nos ha afinado es el pico. Poco a poco vamos consumiendo el tiempo de la noche de sábado, noche de terracita y pantalón corto, noche de hacer una pausa y darse cuenta de que ya hemos crecido y no somos unos nenes, noche para brindar y alegrarnos de que seguimos siendo nosotros pero no los mismos, porque antes eras un chaval tímido y ahora tienes la necesidad imperiosa de pasarte la noche charlando con féminas, ya sea del brillo del carmín, del halo follador o del miedo a vivir. Disfrutas con ello, las faldas también tienen cerebro, incluso ideas interesantes, algo que antes no podías vislumbrar por el influjo de sus tersas y redondeadas turgentes formas.
Besos a tod@s
Nos vemos en los bares.
