Translúcido

Olor a coffee Shop en un bar ambientado en algo a lo comienzo a tener cariño.

Miradas cómplices, sabor a azúcar y lavanda, un beso tras el muro visible e insalvable de la tele.

Una silueta tras unos vidrios translúcidos, la tuya, te he reconocido.

Y sin ver tu cara he recordado tu olor, tus manos, tu cintura.

Seguías detrás de esa frontera entre lo real y lo imaginado, la de una figura que se desvanece tras una división infranqueable y cercana a la vez.

He recordado tu risa y tus salidas de tono, pero no he podido evitar fijarme en otros labios, en otros ojos.

Cuando he vuelto a mirar y ver si seguías allí, tu figura había desaparecido.

Inocentemente me he puesto a pensar en otro olor, en otras manos, en otra cintura.

Finalmente no he podido dejar de considerar que lo que me había sucedido no era sino otra metáfora de mi vida.

Estaréis allí todas y cada una de vosotras, tras la fina frontera, translúcida porque solo vemos lo que queremos ver en cada uno y el resto nos lo imaginamos a placer, de cristal, porque quizá haga demasiado ruido si se rompe, si alguien consigue entrar puede poner patas arriba ese mundo o asustarse y salir corriendo de lo que realmente esconde.

Saludos a tod@s

Nos vemos en los bares